Título: Aquí empieza todo
Título original: Holding up the Universe
Autora: Jennifer Niven
Idioma original: inglés
Género: juvenil
Número de páginas: 496 páginas
Perfil del libro en Goodreads
Lee las primeras páginas aquí
Valoración: ⭐️⭐️⭐️⭐️
Primeras frases del libro:
«Si de mi mesilla de noche saliera un genio de la lámpara, le pediría estos tres deseos: que mi madre estuviera viva, que jamás me volviera a suceder nada malo ni triste, y que me aceptaran como miembro de las Damas del instituto Martin Van Buren, el mejor grupo de animadoras del área de los tres estados».
¿De qué trata?:
Os pongo en situación: Libby es una adolescente que fue rescatada de su casa porque su peso la mantenía prisionera y apenas le permitía andar (fue nombrada la adolescente más gorda de Estados Unidos). Después de perder algo de peso y recibir ayuda psicológica, decide volver al instituto. Es decir, decide volver al mundo real.
Por su parte, Jack es uno de los chicos populares de ese mismo instituto sin, aparentemente, ningún problema. Pero, en realidad, tiene prosopagnosia (incapacidad de reconocer los rostros) y vive con el miedo a que alguien lo descubra.
Tras un incidente bastante cruel (por parte de él), Libby y Jack son obligados a cumplir juntos un castigo.
Vale, ¿y qué me ha parecido?:
A ver, dejemos tres cosas claras desde el principio:
1) Aquí empieza todo NO es Violet y Finch. No te va a arrancar el corazón, te lo va a tirar al suelo y te lo va a pisotear; no es una novela tan redonda, no es tan buena porque Violet y Finch es MUY buena; no cuenta con un Finch (hola, te quiero). Hazte a la idea de que Violet y Finch solo hay uno.
2) Aquí empieza todo es una novela juvenil romántica (además de un libro sobre la aceptación de uno mismo) y la relación de Libby y Jack centra la historia. Vamos, que si no te gustan estas historias de amores adolescentes, no malgastes el tiempo leyéndola. O sí, pero luego no te quejes. O quéjate, pero que sepas que ya estabas avisado.
3) Aquí empieza todo parte de unos elementos ya conocidos y usados en otros libros: instituto-chica gorda-chico popular, o chico conoce a chica-chico y chica se hacen amigos-chico y chica se enamoran. PERO (y este es un gran «pero» positivo) en esta historia el chico no rescata a la chica, porque la chica se rescata sola (gracias). La novela tiene una mayor complejidad, y la autora le da una vuelta de tuerca con la que consigues ponerte en el lugar de Libby y en el lugar de Jack, y logras ver más allá de esas primeras impresiones.
4) (y más importante) Aquí empieza todo es sobre una chica y un chico que intentan aceptarse a sí mismos; sobre un chico especial (no por su prosopagnosia) y una chica especial (no por su sobrepeso) que se gustan por quienes son en realidad.
Aclarado esto, sigamos.
La historia está contada desde el punto de vista de ambos personajes; unos capítulos los cuenta Libby, otros los cuenta Jack. Ambos son personajes originales, diferentes, extraordinarios, complejos, con sus defectos (que son muchos) y sus virtudes (que son muchas) y, sobre todo, muy reales.
Empecemos por Libby. Tiene sobrepeso, vale, y todo el mundo se lo recuerda (como si ella no lo supiese…), pero el libro nos intenta enseñar a que algo así no nos defina. A que algo así no la defina porque Libby es muchísimo más que eso. Es una chica admirable, fuerte, irónica, divertida, a la que le encanta bailar y trabaja para conseguir entrar en el equipo de animadoras del instituto, que no se deja amilanar. Aunque, ojo, no me entendáis mal, no es la típica protagonista que, a pesar de todos los inconvenientes a los que se tiene que enfrentar, es perfecta. Qué va. Y precisamente su incoherencia, que a veces haga cosas sin sentido, la convierte en un personaje tan real.
«—Qué hay —dice.
—Qué hay.
—¿Es verdad que las gordas la chupan mejor?
—No lo sé. Nunca me la ha chupado una gorda».
¿Podría haber dado una respuesta mejor a un tío que le suelta eso en el pasillo del instituto? Me dan ganas de hacerle la ola.
También tenemos a Jack. Oh, Jack. Me ha encantado con todas sus malas decisiones (una detrás de otra, así durante todo el libro); su ligera cobardía; su miedo a enfrentarse a ese temido «qué dirán». Me ha encantado el realismo del personaje; me explico mejor con un ejemplo: cuando comenzaba a darse cuenta de que le atraía Libby, él mismo se sorprendía de que le gustase una chica gorda. Es un pensamiento cruel, vale, pero muy real.
«Pero lo más duro ha sido algo que no me esperaba: el ver a la gente a quien conocía, la gente con la que crecí, y saber que mientras yo estaba sentada en casa ellos se hacían mayores, iban al colegio, hacían amigos y vivían la vida. Es como si yo fuera la única que se detuvo».
Eso sí, sigo sin entender por qué no le contó primero a sus padres que tenía prosopagnosia. Son tus padres, tío.
Me ha gustado la relación que mantienen, esa de apoyarse el uno al otro casi desde el primer momento hasta, poco a poco, enamorarse. Me ha gustado que cada uno, a su manera, luche contra sus miedos porque, joder, es inspirador. Y me ha gustado un montón cómo está escrita la novela: las explicaciones y descripciones, las listas de Jack, los recuerdos de Libby, el hermano pequeño de él (y sus ganas de llevar un bolso y no importarle lo que piensen los demás).
«—¿Estás seguro de lo del bolso, hombrecito?
—Me gusta. Aquí me cabe todo.
—A mí también me gusta. La verdad es que ese bolso es una pasada. Pero no sé si a la gente le va a gustar tanto como a nosotros. Puede que algunos niños sientan tantos celos que se burlen de ti.
—No van a tener celos. Van a pensar que es raro.
—Es que no quiero que te traten mal.
—Si quiero llevar bolso, lo voy a llevar. No pienso dejar de llevarlo solo porque a ellos no les guste.
Y entonces, ese chiquillo escuálido y de grandes orejas se convierte en mi héroe».
El libro te inspira, te ayuda, te alienta a sentirte a gusto en tu propia piel, a ser tú mismo, a no esconderte. Y todas las historias deberían transmitir valores así. O, al menos, intentarlo.
Un libro del mismo estilo que también podría gustarte:
Violet y Finch, de Jennifer Niven: vale, al principio de la reseña dije que Aquí empieza todo no era Violet y Finch (y no lo es), pero, en realidad, tienen muchas cosas en común: para empezar, está escrito por la misma autora y mantiene el mismo estilo y la misma fantástica escritura. Además, sus protagonistas son un chico y una chica que traban amistad y poco a poco se enamoran. Además, la novela trata temas actuales e importantes como la depresión, el acoso escolar, el suicidio adolescente o la aceptación de uno mismo, entre muchos otros. Además, cuenta con personajes espectaculares (¡Finch!). Y un último «además»: te tocará el corazón de una manera brutal.
Violent y Finch se conocen en la azotea de su instituto cuando ambos coinciden allí para suicidarse. A partir de este punto, su historia se entrelaza, se hacen amigos y se enamoran. Es un resumen rápido pero su historia es compleja, triste, maravillosa. Finch es maravilloso.
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