Ya lo dicen: no hay dos sin tres. En esta primera entrada hablé de diez cosas que odio como lectora, y en esta otra entrada, de otras diez. Ahora, vuelvo con una tanda más de ellas.
1. Los libros muy extensos (+ de 400 páginas). Así de primeras ya me echan para atrás. Que igual son una maravilla, pero, meh, me dan pereza.
2. Ver la adaptación de un libro en película o serie y comprobar que se han dejado un montón de cosas importantes por el camino o han cambiado otras sin mucho sentido. Me ha pasado muchas veces de estar en el cine y pensar: «¿Habrá entendido algo la gente que no se ha leído el libro?», «¿Por qué han eliminado X escena y se han inventado esa otra?».
3. La envidia que siento cuando estoy ante un libro de la leche, superbién escrito, con un universo increíble, unos personajes espectaculares, y solo puedo pensar en haberlo escrito yo. «¿Por qué no se me ocurrió todo esto A MÍ?».
4. Que la imagen que me he hecho de los personajes no coincida, para nada, con la de los actores y actrices que escogen después en las pelis o series.
5. Cuando estoy enganchadísima a un libro, de eso que no quiero/puedo dejar de leer, pero tengo que seguir con mi vida, esto es, ir a trabajar, salir a hacer algún recado, comer…
6. Las descripciones muy largas, en las que me pierdo por el camino y no sé de qué narices me estaba hablando el autor.
7. Los nombres demasiado raros de personajes que a mi cabeza le cuesta recordar. Que, eh, guay eso de ser original, yo soy la primera que siempre busca un nombre algo distinto o no tan oído, pero, mira, hasta cierto punto.
8. Descubrir que ese nombre raro que yo pronunciaba de una manera en realidad se pronuncia de otra totalmente diferente.
9. Las historias con 355 345 personajes. Tardo más de medio libro en darme cuenta de a quién se refieren cuando nombran a alguien.
10. Los títulos chorras o cursis o simplemente malos que te echan para atrás a la hora de decidirte a leer un libro (o comprarlo, vaya).
Cintia Fernández 
Hola Cintia, ahh coincidimos en varias 🙂 la número 2 y 4 el recuerdo más vivo en mi memoria Harry Potter, en la cuarta película se inventaron algunas escenas y eso que Rowling es generosa y regala muchos momentos memorable que podrían haber adaptado a la gran pantalla. Y luego la 5, 6: yo cuando sigue con su descripción exageradamente largaaaa y detallista ZZZ, 7 y 8: lo peor es que siento rabia porque me rompí la cabeza tratando de leerlo bien, y después que se pronuncie totalmente distinto AGHH.
Besos, disfruté un montón leyendo esta entrada 🙂
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Yo también estaba pensando en las pelis de Harry Potter cuando puse eso de eliminar escenas e inventarse otras, jajaja. Lo han hecho mucho con la saga, y me daba una rabia…
Me alegro de que te gustase la entrada 😀 ¡Gracias por comentar!
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¡Coincidimos en casi todo! Las descripciones largas las odio muchísimo, de hecho como se pasen me las salto y punto. Ya me imaginaré yo las cosas como me dé la gana.
Y los libros cursis pffff, no puedo.
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Yo hago igual: como las descripciones sean muy largas, también me las salto 0:)
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Coincido en el 1 ( hay veces que la misma historia extebsa podría haberse contado en la mitad de páginas), de hecho mis libros favoritos apenas llegan a las 150 pags.
Y también el 6… creo que a veces es mejor no describir tanto y darle la libertad al lector para que cree su propio universo.
Buena entrada!
Un saludo.
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Exacto, hay veces que parece que el autor o autora simplemente quería un libro extenso, aunque le sobre la mitad…
Gracias por tu comentario 🙂
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