Empecé octubre con un pequeño parón lector, pocas ganas y falta de concentración. Pero, poco a poco, y casi sin darme cuenta, enlacé un libro con otro y, ahora, al revisar los que he leído durante el mes, me ha sorprendido el número. ¡Pensé que había leído mucho menos! Como siempre, tanto los géneros como mi valoración sobre ellos es muy variada. Vamos, que hay de todo.
- La ruptura, de Laura Kay
- Rainbow Boys, de Alex Sanchez
- La sociedad literaria y el pastel de piel de patata de Guernsey, de Mary Ann Shaffer
- Hay alguien en tu casa, de Stephanie Perkins
- La vida es una novela, de Guillaume Musso
- La huida, de Natasha Preston

La ruptura, de Laura Kay
Reconozco que no es una historia que enganche, no atrapa de principio a fin, pero tiene unos personajes muy cuquis y, en general, tanto ellos como las decisiones que toma la protagonista (su situación en sí) me parecieron de lo más realistas.
Y es que Ally me encantó, tan perdida en la vida, tan perdida de ella misma, teniendo que volver a casa de su padre, reencontrándose con Jeremy, su mejor amigo de la infancia, retándose a hacer cosas nuevas, pensando en sí misma… Me fue fácil identificarme con ella. Y Jeremy en sí, tan perdido como ella, también recién llegado a casa de su madre, tan dispuesto a ayudar a Ally (¡la amistad entre estos dos es mi detalle favorito de la novela!). Y el padre, tan padre, con su amor incondicional y su dificultad para hablar de sentimientos.
También me gustó que las historias de amor fuesen entre dos chicas y que la autora lo haga con naturalidad y que el conflicto de la novela no tenga nada que ver con ser LGBT+.
En definitiva, es una historia mona, de esos libros que lees con ganas de abrazar a todo el mundo que aparece, y con personajes y situaciones de calentarte el corazón.

Rainbow Boys, de Alex Sanchez
Entretenido, con tres personajes protagonistas muy diferentes entre sí a los que coges cariño en un pispás y una historia entrañable, a veces muy dura, y cercana. Me encantó seguir el viaje de Kyle, Jason y Nelson a lo largo de esos meses de autodescubrimiento, miedo, valentía y amistad.
Y aunque el libro es de 2001, es muy muy actual. Pero esa actualidad duele, porque fue escrito hace veinte años y la homofobia y el miedo que viven los tres protagonistas son los mismos que vive todavía hoy el colectivo LGBT+. Ojalá dentro de pocos años todas esas barbaridades solo las podamos encontrar en los libros.

La sociedad literaria y el pastel de piel de patata de Guernsey, de Mary Ann Shaffer
Había visto tan buenas opiniones de este libro que tenía miedo de que a mí no me gustaste. Pero, por suerte, ¡me encantó! Me lo zampé en dos sentadas, porque no podía dejar de leer las cartas de Juliet y de los demás vecinos de Guernsey. A través de ellas, conocemos a unos personajes de los que me gustaría ser amiga, visitamos la isla y aprendemos un poquito más sobre la ocupación nazi.
Es una historia tierna, divertida, también realista y dura; de esas para recordar.

Hay alguien en tu casa, de Stephanie Perkins
Me entretuvo bastante y el personaje de Ollie, con su ropa negra y su pelo rosa, me gustó mucho.
Pero hay varias cosas que no me convencieron en absoluto:
1) Para empezar, me daba bastante igual quién era el asesino y quiénes las víctimas, porque la autora escogió a gente random a quienes ni conocíamos ni mucho menos habíamos cogido cariño. A mitad del libro te enteras de quién está detrás de semejante carnicería y es como «ah, ok». Me pasé la otra mitad esperando algo más, pero no llega.
2) La explicación de por qué el asesino mata es bastante floja, y por qué lo hace así, inexistente.
3) Y, por último, el «pasado misterioso» de la protagonista, que te venden como un oscuro secreto, no tiene mucha importancia para la trama y todavía no entiendo su función.
Vamos, que si esperas un thriller trepidante y bien construido pues… no. Entretenido, sí, pero poco más.

La vida es una novela, de Guillaume Musso
Me gustaba la historia de Flora Conway y la desaparición de su hija, Carrie. Pero después se cruzó, o empezó, la historia de Romain Ozorski y, para mí, el libro perdió todos los puntos que había ganado con Flora.
La trama es confusa y caótica; un batiburrillo de ideas, personajes, puntos de vista, plot-twist… que no me convenció nada de nada.

La huida, de Natasha Preston
Se lee fácil y rápido (de ahí las dos estrellas), eso no lo discuto, pero es que… uf. Es un mal refrito de miles de películas del género, así que, a pocas que hayas visto, puedes imaginarte el plot-twist que meten hacia el final: era lo esperado.
La idea en sí podría haber estado bien, pero el desarrollo, la manera en que está escrito, los personajes… hace aguas por todas partes, me pasé más de medio libro poniendo los ojos en blanco y me llegué a aburrir. Y el final, pues de chiste.