«—Es una putada —dije, aunque no tenía claro a qué me refería. Si a la muerte de Shaila, al hecho de que Adam estaba a punto de irse o a la idea de que todos tenemos que vivir y morir en la misma vida».
Sueñan con ser como nosotras (Jessica Goodman)
Me gusta la frase; el libro, no tanto, pero es una de las seis historias que he leído en el mes de abril. En líneas generales, han sido lecturas un poco «meh», de esas que apenas me convencen y que olvidaré rápido. A continuación te cuento mejor qué me ha parecido cada una de ellas.
- El mundo de Yarek, de Elia Barceló
- Mi amigo Dahmer, de Derf Backderf
- Maus, de Art Spiegelman
- Si me dijeras que sí, de Adriano Moreno
- Siempre él, de Sarina Bowen y Elle Kennedy
- Sueñan con ser como nosotras, de Jessica Goodman

El mundo de Yarek, de Elia Barceló
El mundo de Yarek es una novela corta de ciencia ficción original y entretenida, pero la verdad es que me dejó un poquito igual que estaba. De esos libros que ni fu ni fa.
El protagonista, Yarek, está hecho para caer mal: egoísta, megalómano, narcisista y un largo etcétera, pero, aun así, la autora consigue que tengas curiosidad por saber qué le va a pasar, cómo va a acabar su «aventura» en ese nuevo mundo al que le destierran.
Además, la idea que maneja el libro de los seres humanos como colonizadores de otros planetas, con lo que ello implica (imposición de cultura, asesinatos, etc.), me recuerda mucho a Crónicas marcianas, de Ray Bradbury (libro muy muy muy recomendable). Trata dilemas parecidos y te deja rumiando un rato sobre ellos.
Mi amigo Dahmer, de Derf Backderf
El autor construye una novela gráfica entretenida y ágil, gracias a unas buenas ilustraciones y una historia llamativa y morbosa.
Y es que resulta curioso (y perturbador) conocer al Caníbal de Milwaukee, el asesino en serio Jeff Dahmer, cuando solo era un adolescente, a través de las vivencias de un compañero de instituto (el propio Backderf).
Maus, de Art Spiegelman
Reconozco la importancia de la historia que cuenta el autor, el testimonio real de su padre (y su madre) en los campos de concentración nazis, pero, en contra de la opinión popular, la novela gráfica en sí no me convenció.
Se me hizo larga y pesada y las ilustraciones, de trazos muy enrevesados que, a veces, me costaba seguir.

Si me dijeras que sí, de Adriano Moreno
Ni la historia ni los personajes lograron atraparme, y de la mitad del libro hacia delante leí en diagonal.
El protagonista, Benji, no me terminó de convencer, ni mucho menos Tito, su interés romántico, así que la historia entre ellos me dio bastante igual. Al menos, el final es realista y coherente.
Siempre él, de Sarina Bowen y Elle Kennedy
La primera vez que lo leí, en 2017, me encantó; ahora me doy cuenta de que quizá se debiese a que hasta ese momento no había leído nada igual.
Cinco años después y muchos libros de por medio, no me impresionó tanto. Había escenas que me chirriaron mucho y las conversaciones ya no me parecieron tan naturales como la primera vez. Además, la traducción me sonó muy rara la mayor parte del tiempo y, sin duda, la edición necesita una buena corrección ortotipográfica.
Con todo, me sigue pareciendo una historia ágil, entretenida, mona, necesaria y que se lee rápido.
Sueñan con ser como nosotras, de Jessica Goodman
Me enteré de que HBO va a hacer una miniserie con Sydney Sweeney como Jill, la prota, y Halsey como Rachel y pensé: «Tengo que leer el libro». Pero creo que este va a ser uno de esos casos en que la adaptación sea mejor que la novela (o eso espero, vamos).
Porque el libro es muy aburrido. No ocurre NADA hasta las últimas páginas. Y el asesino es tan fácil de adivinar que resulta un poco ridículo. No me considero la persona más perspicaz del planeta, pero desde el primer momento en que aparece, pensé: «Vale, es él». Y lo es. Además, es difícil que una historia me guste cuando no consigo conectar con ningún personaje, pero con este me ocurrió eso: o me caían mal o me daban exactamente igual.
Lo mejor del libro es, sin duda, la gran y merecida crítica que hace al machismo. En ese aspecto, mis aplausos a la autora.
Veo que ha sido un mes flojillo.
Para mi primera novela me documenté sobre psicópatas, y ahí descubrí a Jeffrey Dahmer y lo que había hecho, con detalles que lamento haber leído. Todavía tengo pensadillas y quiero olvidar TODO sobre ese hombre. Encima me leí la espeluznante «Zombi», de Joyce Carol Oates, que se inspira en él. Ya no leo ese tipo de novelas. Que sufra otro.
«Maus» siempre me ha dado muchísima pereza. Y por lo que dices, está claro que no es para mí.
Abrazos.
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Yo en general tampoco leo ese tipo de historias (ni veo pelis de terror, por ejemplo). El cómic este, como es sobre su adolescencia hasta que comete el primer asesinato, no tiene por suerte los detalles escabrosos de las barbaridades que hizo.
Con el de Maus me pasó precisamente eso: me dio pereza. Que será una obra de arte a ojos de la crítica, pero a mí como que bah.
¡Gracias por comentar! Un abrazo.
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