«Da igual que miremos bien a uno y otro lado antes de cruzar la calle. Da igual que no probemos hacer paracaidismo, para no correr riesgos, por mucho que dicha renuncia implique que nunca vayamos a volar como mis superhéroes favoritos. Da igual que bajemos las miradas si nos cruzamos con unos pandilleros en un barrio peligroso. Da igual lo que vayamos a hacer en vida. En esta película, al final mueren los dos».

Título: Al final mueren los dos
Título original: The Both Die at the End
Autor: Adam Silvera
Idioma original: inglés
Año de publicación: 2017
Editorial: Puck
Género: juvenil, romántica, un poquito de ciencia ficción
Número de páginas: 352
Precio: 15 €
Valoración: ⭐️⭐️⭐️⭐️
Inicio del libro:
«Los de Muerte Súbita están llamando para hacerme la advertencia definitiva en la vida: voy a morir hoy. En realidad, “advertencia” no es la palabra adecuada, pues una advertencia sugiere algo que podemos evitar, como sucede cuando un conductor hace sonar el claxon de su coche si ve que alguien está cruzando la calle con el semáforo en verde, proporcionándole la oportunidad de dar un paso atrás. Esto más bien es una alerta».
¿De qué trata?:
Marcus y Rufus reciben la llamada de Muerte Súbita: van a morir ese día. A través de una aplicación para personas en su situación, se conocen y comienzan un viaje juntos por Nueva York en ese último día de sus vidas.
Vale, ¿y qué me ha parecido?:
Al final mueren los dos, y ni siquiera es spoiler. La primera frase del libro e incluso el mismísimo título te dicen lo que va a ocurrir, no hay trampa ni cartón, pero qué poco preparada estaba cuando llegué a ese final. Ostras, qué llorera. A ver, confesión: tardé un poquito en conectar con la historia y estuve a punto de abandonarla, sobre todo por la traducción (a medias entre el español de España y el de Latinoamérica, que da como resultado una narración a veces raruna), pero una vez me acostumbré, estuve dentrísimo.
Creía que no iba a ser para tanto y que la historia no me resultaría tan dura, aun sabiendo de qué trataba, pero es que, al fin y al cabo, nos cuenta el último día de vida de Mateo y de Rufus, y esa tremenda y maravillosa casualidad que hace que se conozcan. Somos testigos del primer encuentro; de la confianza inicial; de la amistad que, poquito a poco, en cuestión de horas, se forja entre ellos; de la relación que va a más, un poco resultado de la intensidad de lo que están viviendo juntos. No soy nada fan del instalove, pero en este libro funciona muy bien y es incluso entendible: les quedan menos de veinticuatro horas de vida y están llenos de adrenalina, miedo y ganas de aprovechar cada momento.
He leído con un nudo en la garganta y he llorado a mares por lo injusto de la situación, pero también por la suerte de que ambos tuviesen la oportunidad de conocerse y vivir un día juntos. Me pongo intensa, pero es que es un libro intenso, de esos de tocarte la patata (y pisoteártela).
«Han pasado doce horas desde que recibí la llamada telefónica avisándome que voy a morir hoy, y ahora estoy más vivo que en el momento en que la recibí».
Mateo y Rufus son los encargados de contarnos en primera persona, y de manera alterna, su historia, con un reloj que va avanzando en esa cuenta atrás de su último día. Sus capítulos se intercalan con otros más cortos y en tercera persona de personajes que, en mayor o menor medida, se cruzan con ellos. Es curioso ver esa otra perspectiva, ese hilo de vidas que se van entremezclando sin a veces darse cuenta del impacto de unas en las otras.

Al final mueren los dos tiene muchas cosas que me han gustado y podría pasarme un buen rato hablando de ellas, pero, sin duda, mis favoritas son estas cinco:
⌛️ Mateo: desde el principio me identifiqué con él y su miedo a salir de casa, no estar aprovechando la vida, ser un cobarde. Me he sentido muy muy orgullosa de su evolución a lo largo de la novela.
⌛️ Rufus: a pesar de que su escena inicial me produjo bastante rechazo, en pocas páginas consigue que tengas ganas de achucharlo. Es valiente y está perdidísimo.
⌛️ La relación entre Mateo y Rufus está bien llevada y es creíble y preciosa. Son muy diferentes entre sí y seguramente en otras circunstancias no se habrían dado la oportunidad de conocerse, pero qué bien que lo hiciesen. Es que, de verdad, he sentido tantísimo su relación…
«En la vida tiene que haber algo más que imaginar el futuro que te espera. No me basta con imaginar mi futuro; tengo que arriesgarme para crearlo».
⌛️ La amistad que invade toda la novela como un personaje protagonista más: entre Mateo y Rufus, entre Mateo y Lidia, entre Rufus y los Plutones. Algunas de mis escenas favoritas son esas en las que casi es palpable el estrecho vínculo que une a los personajes.
⌛️ La realidad alternativa en la que transcurre la historia: es Nueva York y es 2017, pero una llamada a medianoche (Muerte Súbita) te avisa de que vas a morir (terrorífico). La manera en la que el autor nos la presenta me parece magnífica; no nos mete la información con calzador, sino que va soltando detalles cuando son necesarios y narra la historia con naturalidad, como si nosotros viviéramos en ella.
Como pega, esa traducción que mencionaba al principio y una mala corrección. Me he encontrado muchas erratas y errores ortotipográficos que me han sacado de la lectura durante todo el libro. Uf.
Voy a tardar un tiempo en recuperarme de Al final mueren los dos y poder dejar ir a Mateo y a Rufus. Me han encantado ambos.
Si tienes curiosidad, puedes leer las primeras páginas en este enlace.
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